Carta a Destino

Tu nunca podrás ser mía, y por ello, te tendré para siempre...

No suelo mostrar mis sentimientos con facilidad, mi mayor logro es el conseguir esconderlos detrás de la mascara de frialdad e indiferencia que todos los días uso delante de aquellas personas que no se merecen ni siquiera un simple saludo de mi parte, pero...aun no entiendo la razón del por que, cada vez que me encuentro contigo, esa mascara se rompe en mil pedazos y no puedo evitar convertirme en la joven que en verdad soy.¿Como lo consigues?¿Que hechizos has usado para lograr arrebatarme mi mascara de seguridad?
Necesito que me lo digas, pues solo al saberlo podre decirte lo que, en mas de una ocasión, he deseado gritar a los cuatro vientos aunque al final siempre he acabado susurrandoselo a mis sueños.
Dos palabras que a veces, me avergüenza pensar siquiera.

Te amo, Destino.

Pesadilla


Corría con desesperación entre las calles de la desiertica ciudad en busca de algo que lograra aplacar las voces en su cabeza. Voces que le murmuraban, le gritaban, le exigían ayuda, una que ella no sabia como prestar y que tampoco sabia quien se la pedía.
En aquellos momentos lo único que podia hacer era correr, como si al hacerlo lograra escapar de las voces que poco a poco se iban volviendo mas débiles hasta que solo una permaneció hablándole, pidiéndole, exigiéndole que siguiera corriendo, que no parase por nada del mundo pues su vida dependía de ello.

Su loca carrera pasaba desapercibida entre la soledad de las calles, haciendo que las lagrimas que poco a poco empezaban a brotar de sus ojos y que su respiracion agitada, fuera lo único que se podia escuchar en aquel lugar, rompiendo el silencio abrumador que la hacia estremecer.
Quería que esa voz dejara de hablarle, necesitaba que desapareciese de su mente para siempre.
-Vete, vete, vete…-era todo lo que salía de sus labios carnosos en voz baja como si intentara que la persona que le hablaba se fuera al entender sus palabras, algo que no parecia hacer efecto.

Sus pasos se detenían con lentitud a causa del cansancio, parándose en mitad de la calle con la respiracion agitada por causa de la carrera, haciendo en un acto desesperado para detener la voz de su mente el taparse los oídos como si dicha voz proviniese del exterior y que de esa manera se aplacara, cerrando tambien sus ojos en un acto desesperado.

-¡Detente!

El grito provoco que  la joven abriera sus ojos de la sorpresa viendo como tan solo un par de milímetros la separaba de la muerte segura a manos de un coche que le pitaba y gritaba mil improperios mientras que las gentes se reunían a su alrededor para saber como se encontraba.
Con sorpresa miro la gran masa de personas que se reunía a su alrededor y a aquellas que estaba por toda la calle, mientras que la duda surcaba su mente a la misma vez que salía de los labios de los demás miles de preguntas sobre su estado y sobre el como se llamaba.
-Carie…-fue todo lo que salio de sus labios a la vez que sus ojos negros se empezaban a ocultar detrás de sus parpados, culpa del cansancio mental que hacia mella en ella y que la invitaba a sumirse en la dulce inconsciencia en la cual ya se dejaba caer, pacíficamente.

-Trastorno mental, señora, su hija cree que un asesino la persigue.
-¿No ahí manera de curarla, doctor?
-No, lamentablemente esta demasiado apegada a esa ilusión que si la sacásemos de ella solo lograríamos que tuviese una distorsión de la realidad aun mas grave.
-Entonces no queda nada que hacer,¿cierto?
-Eso me temo.

Las voces eran difusas, probocando que en el vacío en el que se encontraba empezara a surgir formas nubosas que con el paso del tiempo se volvían nítidas y precisas, dejando ver las figuras de su madre y de otra persona, seguramente un doctor según su ver, los cuales eran los que hablaban.
-¿Mama?
Su voz salio dudosa y débil, como si estuviera bajo el influjo de algún medicamento que hacia que no pudiese controlar con precisión el tono de su voz, aunque si salio lo suficientemente alta como para que ambos adultos se girasen a verla, consiguiendo la sonrisa amable de la mujer que la miraba con tristeza y alegría a la vez en sus marrones ojos.
-Carie, ¿recuerdas donde estas, tesoro?-le pregunto la mujer mientras con delicadeza se sentaba en uno de los extremos de la cama de hospital en el cual la joven estaba ingresada, desde hacia ya dos días.
Dos días en los cuales la chica solo podia delirar y hablar sobre un ser extraño que según su parecer intentaba matarla para obtener su sangre.
-¿Dónde estoy?¿Y las voces?¿Dónde están las voces?-pregunto precipitadamente la chica mientras se levantaba abruptamente de la cama como si un resorte se hubiera accionado en ella, asustando a su madre  y poniendo en alerta al medico que de inmediato llamo a una enfermera para que se ocupara de la paciente.-¿Por qué nadie me contesta?¿Y las voces?¿Dónde están las voces, madre? 

La enfermera llego con rapidez, inyectándole en el brazo un tranquilizante a la chica para que sus nervios se esfumaran mas parecia que no hacia ningún tipo de efecto en la joven que con inusitada rapidez y fuerza se quito todos los cables que la ataban a la camilla medica y aun sin importarle el hecho de que su propia madre la llamaba a la par que el medico, salio corriendo de la clínica sin rumbo fijo, solo buscando las voces que ya no escuchaba y que durante todo el tiempo que había permanecido encerrada en aquel hospital no había escuchado ni una sola vez, y había sido exactamente la ausencia de las voces en su mente lo que había provocado que despertara tan sobresaltada como aun en aquellos momentos se encontraba.
-¿Dónde estáis?¿Dónde os encontráis?
-En tu interior, estamos en tu interior, Carie
Abrió sus ojos de la impresión hasta que mas no pudo, intentando escuchar mejor la voz que destacaba  entre todas las demás que se dejaban escuchar en aquellos momentos como un leve murmullo, mientras que caminaba sin rumbo por las transitadas calles de la ciudad en donde nadie parecia darse cuenta de lo que veía.
-Carie somos las voces de tu corazón, escúchanos pues corres peligro y lo sabes

Lo sabia.
Llevaba días sabiéndolo, desde el mismo momento en el que  su mirada se encontró con la de otro ser que demostraba la oscuridad que guardaba en su corazón, alertándola y despertando las voces que desde ese mismo momento la perturbaban dia y noche.
Y eso la había llevado a su actual situación.
Vagando sin rumbo al final acabo llegando hasta el puente que unía las dos mitades de la gran ciudad, atravesando de un extremo al otro el río que se interponía entre ambos lugares y que durante años había sido testigo de multitud de sucesos.
Amores, traiciones, mentiras, alegrías… millones de sentimientos que aquel río había podido ver en primera fila y que seria publico de otro acontecimiento que perturbaría sus tranquilas aguas.
Apoyada en el metal del puente, dejo que las horas pasaran hasta que por fin llego la noche y con ello el momento que tanto había estado esperando.
El desenlace de aquella historia.

La diurna ciudad parecia ajena al hecho de que una sombra vagaba por sus calles como si de su propiedad fueran, siendo buscado por otros crímenes y libre por poseer el poder para que nadie lo encontrara.
Sus ojos, profundos y con el color de la sangre en ellos, parecían buscar con ahínco a una persona en particular, fijándose en toda mujer de dieciséis años cuyos cabellos fueran de un profundo color negro brillante, chasqueando la lengua por culpa del enfado al ver que no era quien buscaba.
Su paciencia poco a poco se desvanecía, estando a punto de hacer una locura cuando se dio cuenta de que aun le quedaba un lugar en el cual no había buscado por el ser un sitio inusual para esconderse, convirtiéndose así en el escondite perfecto para una joven tan especial como aquella a la que buscaba.

-¡Corre!
Negó con la cabeza y suspiro antes de que el frío del metal hiciera contacto con la fina piel de su garganta con fuerza, abriendo una pequeña herida de la cual empezó a escapar un fino hilo de sangre que la hizo estremecer.
-Te encontré, Carie, ahora nos lo pasaremos muy bien tu y yo.
La chica trago saliva, aun no se sentía lista para morir pero sabia que si lo intentaba  retrasar solo lograría sufrir aun mas. La voz de su mente le gritaba que hiciera todo lo que pudiera para salir, para correr y esconderse. Parecia alterada. Aquella voz de tono masculino parecia mas interesada en salvarle la vida que ella misma y no sabia el por que.
-Por favor…-rogó como ultimo recurso, influenciada por la agonía que empezaba a distinguir en la voz de su mente, la cual parecia desesperada por salvarla, como si su propia vida dependiera del hecho de que ella viviese.
Y aunque ella no sabia el por que, no deseaba escuchar aquel tono de desesperación en aquella agradable voz que parecia luchar para que ella viviera.
-Parece ser que ese angelito que esta contigo te influencia… deberías dejar de… escuchar-la voz ronca y fría del hombre que empuñaba contra la piel de su cuello aquel cuchillo, sonrío mientras decía aquellas palabras, mirando fijamente hacia un lugar en algún sitio al lado de la chica, como si pudiese ver algo que la joven no pudiese.-Es un poco…entrometido,¿no crees, querida ?
La joven sintió como un escalofrío subía por su espalda, mientras intentaba mantenerse lo mas quieta posible para evitar que el cuchillo se moviese ni un solo centímetro de donde se encontraba, a la par de que intentaba buscar alguna manera de escapar, siendo alentada por la voz que escuchaba en su cabeza.
-Escúchame Carie, tienes que huir, por ti, por mi. Por favor, escapa. ¡Escapa!
La voz seguía diciéndole, pidiéndole que escapara pero ella no encontraba ninguna manera de hacerlo sin encontrarse antes con el cuchillo de quien la amenazaba incrustado en su cuello.

La chaqueta de cuero se movía al compás de un viento imaginario, mientras que su larga cabellera plateada y atada en una coleta baja  danzaba sobre su espalda hasta casi rozar el suelo, mientras que sus alas se mantenían plegadas sobre su espalda.
Sus ojos grises se centraron en el rostro desfigurado de quien amenazaba a la joven y apretó la mandíbula, haciendo que su rostro masculino formara una expresión seria.
-Déjala en paz. Ella no tiene nada que ver con esto.-su voz salio amenazante, furiosa y contenida, como si intentara mantener en su interior la furia que sentía al ver como aquel ser se atrevía a amenazar a Carie.
Su Carie.
El ser que se mantenía empuñando el arma contra la garganta de su presa, sonrío, haciendo que el filo del cuchillo se clavara un poco mas en la pequeña herida que ya tenia, haciendo aun mas grande el río de sangre que poco a poco empapaba la bata del hospital de la joven.
-¿Sabes?-empezó el ser, aspirando el aroma de la joven-Si te dejara libre te meterían en el manicomio,¿quieres eso?
La chica cerro los ojos mientras las lagrimas caían silenciosamente de sus ojos.
-No…-su voz salio temblorosa. Ya no escuchaba la voz masculina que le decía que debía luchar, que debía escapar, y en cierto modo se sintió abandonada al no tenerla ya en su mente.-Por favor… háblame. 
El ángel clavo sus ojos grises en el perfil de la joven que seguía mirando hacia mas allá del puente y su rostro de suavizo. Su mentón cuadrado y tenso se relajo al ver el miedo en los ojos claros de la morena, y su mirada gris se torno tierna al ver como, imperceptiblemente, le temblaba el labio inferior, señal indiscutible del miedo que sentía en el cuerpo.
Y en aquellos momentos deseo ser visible para sus ojos.
-Estoy aquí Carie, jamás te dejare sola, siempre estaré aquí. Tranquilízate.
Intento que su voz saliese segura, para que el temor que poseía a la joven se desvaneciera, pero ni el mismo podia aplacar el miedo que empezaba a nacer en su interior al saber que el ser se estaba cansando de todo aquello y que tarde o temprano, todo acabaría mal.
-Me canse.-declaro finalmente el ser mientras daba la vuelta a la joven que tenia entre sus brazos y le sonreia con maldad mientras levantaba el brazo que empuñaba el cuchillo por detrás de la chica.

La sangre baño el cemento del puente, mientras que el dejaba que el cuerpo sin vida cayese en el frío suelo sin ninguna delicadeza y se acercaba al cuerpo que se mantenía inmóvil justo enfrente de el, petrificado por culpa del horror y el miedo.
-Tranquila, estoy aquí.
La voz del joven que estaba justo delante de ella la hizo reaccionar, haciendo que sus ojos se encontraran con los grises del chico que la miraba con ternura y cariño a la vez.
-Te prometí estar contigo, Carie, y aquí estoy.
Su melena plateada seguía danzando sobre su espalda, mientras que envolvía con sus brazos el delicado cuerpo femenino, que en cuanto se encontró a salvo en aquel abrazo, se dejo vencer por culpa de las lagrimas del miedo.
El cuerpo sin vida del ser que casi acababa con la joven, desapareció entre un montón de polvo, como si jamás hubiese existido, dejando a los dos jóvenes solos en aquel  lugar, con el ángel intentando tranquilizar a una asustada Carie, que solo lloraba con fuerza.
-Tranquila, Carie, tranquila. Estoy aquí, todo esta bien.
Sus palabras suaves y dulces lograban su cometido tranquilizador, logrando que ella poco a poco se durmiese en sus brazos, siendo observada por la grisácea mirada del ángel, que sonreia imperceptiblemente.
La cogio al estilo nupcial y empezó a andar con ella hacia la casa de la joven, siendo tapada esta con la chaqueta de cuero del chico, para protegerla del frío, mientras que en el suelo del puente se podían ver un par de grandes alas blancas, junto al charco de sangre en el cual había desaparecido el asesino.






Epilogo

Despertó en mitad de la noche al sentir la falta de algo en la cama, justo a su lado, por lo que aun medio dormido se levanto y camino hacia fuera de la habitación, a la cocina.
Allí, tal y como imaginaba, estaba quien faltaba en la cama, sentada en una de las sillas de madera de la mesa de la cocina, con un vaso de leche en la mano y con la mirada perdida en algún punto de la pared.
-¿Qué haces levantada tan temprano, Carie?-su voz salio ronca, como si aun no pudiese afinar bien sus cuerdas vocales después de la noche de sueño, pero igual sus palabras consiguieron su cometido que fue el despertar a la joven de su ensoñación y hacer que girase un poco la cabeza para poder ver al recién llegado.
-No podia dormir, tengo miedo de la noche-confeso mientras un suspiro salía de sus labios.
El joven de mirada gris se acerco a ella, sentándose a su lado en otra silla y obligándola a mirarlo, tomando su mentón con sus dedos y fijando su mirada en la de la joven.
-Te protegeré de la noche y de todos tus miedos Carie.
La chica de escasos dieciocho años sonrío levemente, mientras que asentía con la cabeza, consiguiendo que el joven sonriese tambien.
Los largos cabellos plateados se movieron al compás del muchacho cuando este se levanto, levantando junto con el a la joven, mirándola de pie enfrente de el y abrazándola en un impulso que no pudo ni quiso contener.
-Gracias, Yue- dijo con voz suave la joven, refugiándose en el pecho masculino y dejando embargar por la paz y la tranquilidad que aquel chico tenia sobre ella, quedándose dormida casi al instante entre sus brazos.
Yue la cogio con delicadeza y la llevo hasta la cama, acostándola sobre el colchón con ternura y después, acomodarse el a un lado de la joven, envolviendo su cuerpo femenino con sus brazos mientras que ella se acurrucaba un poco mas contra el pecho masculino.
-Duerme Carie, yo cuidare tus sueños-fueron las ultimas palabras que el ex ángel logro decir antes de que el sueño lo venciera tambien y lo llevara al mundo de los sueños.

Amor Enterrado


Amor Enterrado.
Buried Love; Sara Teasdale (1884-1933)

He venido a enterrar el Amor
Debajo de un árbol,
En el bosque negro y alto,
Donde nadie lo pueda ver.

No pondré flores en su cabeza,
Ni una lápida a sus pies,
Pues esos labios que tanto amaba
Fueron amargos, nada.

No volveré al sepulcro,
Pues el bosque es frío.
Reuniré toda la alegría
Que mis manos puedan abarcar.

Estaré todo el día bajo el sol,
Donde los salvajes vientos soplan,
Pero lloraré por las noches,
Cuando no haya nadie para escuchar.

Sara Teasdale (1884-1933)

Definición de: Soledad

Hecha por mi.
Soledad: Pesar y melancolía que se sienten por la ausencia, muerte o pérdida de alguien o de algo.
Esa es la definición que cualquier diccionario nos daría de esta palabra. Pero... la soledad es algo mas que eso. ¿No es verdad?
No hace falta estar completamente solo en un lugar para sentir esa clase de sentimientos, pues hasta en los lugares donde hay millones de personas, siempre habrá alguien que se sienta solo. Muy solo.
Yo, podría decirse, que soy esa persona.
Sin importar cuanta gente ahiga a mi alrededor, aun cuando una sonrisa surca mis labios y hablo animada mente con aquel que desee una charla conmigo sobre cualquier tema. Aun a pesar de todo eso: yo siempre estoy sola. Completa y absolutamente sola. Desde el mismo día en el que abrí mis ojos al mundo por primera vez. ¿El por que? Ni siquiera yo lo se.
Quizás sea que soy extraña. No pareciendo encajar en ningún lugar aunque exteriormente parezca que si. No encontrando compañía aun cuando estoy rodeada de amigos y compañeros. No logrando significado alguno a mis incomprensibles sueños....
Si, ahora que lo miro bien, soy extraña. Demasiado extraña.
¿Madure antes de tiempo? Algunos dirían que si, otros, la mayoría probablemente contestarían que no. ¿Y yo?¿Que diría yo?
Que no es madurez lo que ve la gente en mi, sino las consecuencias de estar sola desde el primer instante de vida. Por fuera: sonriente, alegre y siendo de una manera que haga sentir bien a los demás en mi compañía. Por dentro: solitaria, en toda la extensión de la palabra y también, sin visión de futuro.
Hecha por mi
Por que en la oscuridad de mi cuarto, siempre me escondo en el lugar mas oscuro para que nadie me logre encontrar. No me gusta que la gente llegue a mi corazón, por ello, una coraza imposible de penetrar lo protege de todo mal.
La oscuridad y la soledad, son mis únicas compañeras, amigas de infancia y conocidas desde tiempos inmemoriales.

Soy extraña, lo se a la perfección, pues jamas nadie a logrado acabar con la soledad de mi corazón pero...¿ a quien le importa? A mi, personalmente, ya no me importa si alguna vez alguien logra derribar mis defensas y entrar en mi corazón por que se, y es de lo que estoy completamente segura, de que no importa cuanta gente derrumbe, o crea derrumbar, mi coraza... yo siempre estaré sola.
Destino, este es el futuro que tu me preparaste y te hago saber, que no pienso oponerme a el.

Mi creencia. Mi experiencia.

Siempre estaba allí. Sentada sola en el único columpio que aquel parque cerca de mi casa tenía. Esperando. Con paciencia. Con tranquilidad.
Espera ver como mi vida pasaba ante mis ojos con una sonrisa burlona en sus labios rojos como la sangre. Con un "te gane" escrito en su mirada azul como el cielo. En verdad lo esperaba con toda la inocencia que aun me quedaba en mi cuerpo de niña.
Pero, simplemente...jamas paso.
Y por ello me quede sentada en aquel columpio durante días, noches...hasta que la luna ya estaba en su máximo esplendor y la lógica entraba en mi mente para hacerme ver que ya me debía ir. Que necesitaba volver a mi casa para recuperarme y poder volver al dia siguiente a aquel columpio a esperar.
Y así lo hacía. Durante semanas.Meses. Incluso durante años. Pero jamas paso.
Y al final. después de tanto y tanto esperar. algo ocurrió. Algo cambio en mi, tanto por fuera como por dentro.
Las alas negras brotaron de mi espalda y mis ojos se perdieron entre un mar de lagrimas incontenibles que eran provocadas por el dolor de mi corazón.
Mi alma se encontraba atada con fuertes cadenas a aquel columpio y simplemente me podía remar, sin opción de irme de aquel lugar.
Pero no me importaba quedarme en aquel lugar toda la eternidad por que, al final de todo, yo siempre había estado allí esperando ver mi vida pasar delante de mi para poder despedirme de ella.

Cantarella Spanish


Miro fijamente, detrás de ti
Te miro fijamente, detrás mió
Dentro de nuestro propio mundo cerrado
Hacemos ver que hemos olvidado
Sin embargo, ambos estamos finiendo
Ya que podrían sentir nuestra intoxicación

El tiempo va pasando
Este corazón
Debe mantenerse oculto
Entonces, puedo acercarme
Soy un suspiro
Por que cuando estoy a tu alrededor,
Me siento lejos de mi mismo

En mi ordinario amor, mi corazón se libra
Y yo, preparo una trampa para ti
Incluso aunque yo sea impaciente
Iré después de ti
No dejaré ningún rastro

Las cosas no son de este claro
Todas mis palabras parecen sinceras
Y empiezas a bajar la guardia
Hay algo que deberías conocer
Sobre esta droga profunda
Que pensaste que la podrías beber

El tiempo se oxida
Las cadenas se deshacen
Corres lejos
Sin un lugar al que acudir
Dos segundos
El eco echo por ti
Tus intentos de querer resistir

Déjame solamente decir lo que veo dentro de ti:
Yo mismo
Huyendo en tus memorias
Unido con el olor de tu sudor
Yo podría
Simplemente ser afectado

En mi ordinario amor, mi corazón se libra; y yo
Preparo una trampa para ti
Incluso aunque yo vaya detrás de ti, lo oigo todo
“CAPTURAME”
Déjame solamente decir lo que veo dentro de ti me veo a mi mismo
Huyendo de tus memorias
Unido con el dolor de tu sudor
Yo podría simplemente ser afectado

Un pequeño consejo

La felicidad es aquella parte de nuestras vidas que es iluminada por el sol. En donde esta la sombra, también existe la luz.